martes, 15 de enero de 2008

AÑO NUEVO, VIDA NUEVA

Es algo que se repite los primeros días del año como un mantra. Como había abandonado este espacio antes de finalizar el año anterior, digamos que entre los propósitos de enmienda que traía para el 2008 era volver a escribir en el blog y seguir añadiendo entraditas. Pero es que estoy muy quemado con las búsquedas que Google hace cuando la gente teclea el nombre del blog (elobjetonaranja), ni entre comillas ("elobjetonaranja") consigo que salga. No ya el primero, sino entre los 50 primeros. LLantos aparte, el año que comienza transcurre como el que acabó, al menos para mí. Paso las mañanas entre los ruidos de las sierras y de otros objetos metálicos que chocan contra las mesas de trabajo. Pasaré por alto, no por menos importantes, los olores que me rodean. El ambiente lo completa un frío terrible que te acaba dejando los pies doloridos al cabo de unas horas, aunque tenga las mejillas sonrosadas por el aire acondicionado caliente de la consola de la pared. Se ve que he continuado con los llantos, en fin sólo espero que nadie me haga caso, sé que no es para tanto y que hay cosas mucho peores, pero haber si puede ser que año nuevo, vida nueva, para todo aquel que lo desee.

martes, 13 de noviembre de 2007

EL REY DE BASTOS

Menudo revuelo ha armado S.M. No digo que el ofendido no lo mereciera, que lo merecía. Cualquiera que vea las secuencia de las imágenes íntegramente (que hay por ahí ya unos montajes manipuladores, por ejemplo el que han puesto en Antena 3), observará que fue algo fruto del hartazgo del monarca ante un cansino Hugo Chávez, que estaba allí intentando llamar la atención y preguntando, ¿qué hay de lo mío?. Que tendrá derecho, pero ni era el lugar, ni las formas. En cuanto a nuestro rey, al margen de que aquí y en media iberoamérica, le hayamos aplaudido el corte verbal, creo que lo coloca en una posición en la que el no querría verdaderamente estar. Ha mostrado sin quererlo un punto flaco. Imaginemos al rey con otros interlocutores con incontinencia verbal al modo de Chávez, que los hay, o con ganas de alimentar su populismo barato, pues que mejor forma que tocarle los reales pendientes a su majestad, a ver si salta como con Chávez y me hago un poquito de publicidad a su costa. En fin visto lo visto, lo mismo el año que viene, el discurso de nochebuena lo da Felipe VI (creo que el 6 es el dorsal que le toca), y no nuestro querido Juan Carlos I.